
Sin embargo, en ésta reflexión no vamos a actuar en pro de una mejora directa en la que los países menos desarrollados alcancen la capacidad para saber comunicarse y alcanzar sus medios, sino saber diferenciar el contexto en el que nos encontramos: algunas personas tienen las más poderosas computadoras, el mejor servicio telefónico y el más rápido servicio de Internet, así como una riqueza de contenido en este servicio y una capacitación apropiada para sus vidas, otro grupo de personas, no tiene acceso a las más modernas y mejores computadoras, al más confiable servicio telefónico o al más rápido o más conveniente servicio de Internet. La diferencia entre estos dos grupos de personas constituye la división, la brecha digital.
Ya sean individuos, grupos o áreas geográficas, no hemos de hacer tanto hincapié en cuanto al acceso de las NN.TT. –que no resta a ello la importancia que se debe- sino a la utilización, capacidad y habilidad en el uso de las TIC. Por lo que no estaríamos hablando de una situación en la que nos extrapolemos de manera directa sino de influir en las personas que se exentan de las TIC de manera estrechamente relacionada a las capacidades que la mayoría de los usuarios de las telecomunicaciones hemos adquirido de manera autodidáctica.
Mª Esmeralda Pérez Benítez.
3º Humanidades.
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