Marco es un niño regordete, bajito, de mechones negros azabaches y mejillas coloradas. Nada ensortijado. Siempre aseado. Tiene cierto parecido de pajarito pícaro: nariz puntiaguda, ojos grandes, brillantes y boquita de piñón. Se ve en él un niño de sonrojada piel dulce pero de cuyos ojos vivos están alicaídos.
De manera que, su boquita está cerrada, sin halos de crear un mínimo soslayo de sonrisa que impida poder descubrir la doble fila de dientes blancos que en ella alberga. Toda ella, bailando en un amplio mar de cutis sin arrugas que se pierde en su cara atezada y sobria. Sí, en efecto podría asemejarse a la tez de una niñita.
Viste una camisa blanca color pulcro de sus ojos; sobre ella una americana que dibuja pequeños plieguecitos en su manguita naranja de la que tímidamente se escapa una muñequita con unos deditos que reposan sobre un ratón grisáceo; éste, nos dirige la mirada a la peana negra que sustenta una pantalla donde hay una página web en la que aparece escrito “MAMÁ” y un seguido cliqueo que le llevará a Marco a localizar el enigma buscado.
Todo ello reposado sobre un mantel color esperanza, ¿la encontrará?.
Mª Esmeralda Pérez Benítez.
4º Humanidades.